El cementerio municipal de Griñón se encuentra anexo a la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, originalmente data en el siglo XIV pero con varias ampliaciones acometidas en los siglos XVI y XVIII. En el interior se conserva un retablo barroco de madera de Juan Correo de Vivar siendo una de sus primeras obras en solitario.
El muro que rodea el cementerio es sencillo, enfoscado presentando como detalle en su frente cruces realizadas en ladrillo visto.
Dentro vemos como este recinto ha sido ampliado a lo largo de su historia, en la zona más antigua se encuentran los primeros enterramientos efectuados aquí. Algunos de ellos presentan como elementos de ornato detalles en forja como cruces de forja o primorosos cerramientos que rodean las sepulturas.
Otros enterramientos presentan lápidas de piedra donde grabadas sobre ellas se pueden leer los nombre de sus moradores sin que se aprecien detalles de ornato de interés arquitectónico.
Las sepulturas más contemporáneas se encuentran en la zona de ampliación. Aquí prima la funcionalidad y la sobriedad teniendo prácticamente todas ellas pesadas lápidas de granito emergiendo de ellas cruces latinas.
Las pequeñas agrupaciones de nichos se disponen discretas en un lateral del cementerio, cuentan con cuatro alturas y paseando frente a ellas vemos que algunas de las lápidas que cubren la oquedad están realizadas en mármol blanco y sobre ella el nombre del morador grabado.

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