¿Qué es un camposanto?

 

Igual os sorprende que a estas alturas del blog me haga semejante pregunta. No me he vuelto loca.

Utilizamos la palabra camposanto como sinónimo de cementerio, y aunque lo es como tal, no es lo mismo un camposanto que un cementerio.

La palabra cementerio proviene del griego koimetérion que significa “dormitorio (de los muertos)”. Es decir, la palabra existe desde antes del cristianismo.

En el Código de Partidas de 1348 en el que Alfonso X manda las instrucciones de comportamiento general para los terrenos de ultramar, encontramos una buena definición de lo que es un camposanto.

La Iglesia, gracias a sus doctrinas y el calado en el pueblo, se encargaba de los enterramientos. Como es sabido, hasta muertos existen clases, y dependiendo de la cantidad de dote que aportaras a la Iglesia tras la muerte, tú o tu familia, así de cerca podías estar de Dios esperando a la resurrección. En el caso de morir sin descendientes o familia que se encargaran de entregar esa dádiva, la Iglesia tenía la potestad de quedarse con las pertenencias y enterrar a la persona en un sitio u otro dependiendo de lo obtenido.

Así, los que merecían estar más cerca de Dios, grandes mecenas y los propios religiosos, tenían sus lugares de descanso eternos cerca del altar, dentro de la iglesia como tal. Los suelos y las paredes estaban pobladas de los nichos de los elegidos.

Las iglesias se fueron quedando sin espacio para los enterramientos y se empezaron a habilitar terrenos alrededor de las iglesias como cementerios, y fueron denominados como tales. Como curiosidad, el idioma inglés diferenciaba los cementerio de las iglesias ( churchyard) de los cementerios de fuera de estas (graveyard)

En estos cementerios se seguían enterrando a las personas que pagaban por su enterramiento, voluntariamente o no, por lo que seguían existiendo las clases sociales: dentro del cementerio eran enterrados los que habían pagado por estar ahí, voluntariamente o no.

¿Pero qué pasaba con las personas que podían dejarles escasos bienes a la Iglesia, no podían pagarse un enterramiento o eran pobres de solemnidad?

La Iglesia tenía la misma obligación de enterrarlos, pero como con menos ganas. Y así nacieron los camposantos.

Los camposantos eran un terreno, adyacente a cementerio de la iglesia o no, que había sido bendecido por el prelado del lugar, y que servía para darle la oportunidad a todos los creyentes de resucitar y sentarse a la derecha del Padre, pero haciendo cola, mientras que los de dentro de la iglesia habían pagado el Meet & Greet.

En las tierras del otro lado del océano el nombre de camposanto se utilizaba en las Partidas para denominar a las tierras bendecidas por los curas para enterrar en ellas en exclusiva a los cristianos y no a personas que profesaran otra religión, algunas de ellas sin ritual de enterramiento siquiera.

Si eras pobre de los de no tener donde caerse muerto literalmente, la Iglesia tenía también una solución para ti: El Obispo bendecía un camino, un puente o alguna parte de las afueras de la población, y allí eran enterrados en fosas comunes los más pobres de cada localidad. Esto es deducción propia, pero intuyo que todos esos “Puente del Obispo”, “Camino del Obispo” y demás que existen hoy en día en varias poblaciones españolas, reciben su nombre de esta especie de “cementerios de tercera”.

 

Así que aunque hoy en día hasta el diccionario las pone como palabras sinónimas, en sus inicios un cementerio y un camposanto no fueron lo mismo.

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