Cementerio de Alcalá de Gurrea

 De forma cuadrada, este cementerio cuenta en todo su perímetro con una tapia, en origen realizada en mampostería que hoy en día pueden apreciarse algunos paños, el resto, cuenta con la pared realizada de manera sencilla pero blanqueada. El acceso a pie se realiza por el frente del recinto a través de una puerta vieja pero sencilla de forja, el camposanto cuenta con una segunda entrada más actual y provista de una rampa de acceso evitando las barreras arquitectónicas en uno de sus laterales, cuenta con un espacio destinado para poder aparcar los vehículos.

Una vez que se entra por la puerta principal un conjunto de árboles con porte va guiando al visitante. En todo el interior del recinto y adherido a sus paredes se pueden contemplar grupos de nichos, cuyas hornacinas se encuentran embellecidas con arreglos florales y lápida conmemorativa con motivos religiosos. Distribuidas en el resto del cementerio se hallan las sepulturas realizadas en  tierra, de las más antiguas emerge una cartela o decoración en forja, las más contemporáneas realizadas en mármol o granito. Cuenta con una dependencia para el cuidado y mantenimiento del camposanto el cual se encuentra en un estado muy bueno de conservación.

La única fosa todavía existente en el  cementerio de Alcalá de Gurrea contiene los restos de un vecino del pueblo, Sebastián Franco Ciprés, que se convertiría en el último de los treinta vecinos asesinados por los rebeldes en esa localidad, aparte de los trabajadores eventuales que residían en la colonia obrera de Tormos Se encuentra a mano derecha de la puerta vieja del recinto, entre ésta y el nuevo acceso al camposanto.

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Cementerio de Alcalá de Gurrea