Cementerio parroquial de Navalcarnero

El cementerio parroquial de Navalcarnero se encuentra dentro de la ermita de San Juan Bautista de la localidad. Levantada por primera vez en 1589, es el 1829 cuando se inaugura el camposanto anexo a sus tierras. 

Actualmete para acceder al cementerio hay que atravesar la capilla, donde podemos encontrar en su capilla mayor un retablo de la segunda mitad del siglo XVII, así como otros cuadros de este mismo siglo pertenecientes a la escuela madrileña que decoran sus paredes. El estado de conservación es pésimo ya que las aves entran en la capilla y están degradando a pasos agigantados los cuadros. 

Sobre la puerta de la ermita que nos abre paso al cementerio encontramos la inscripción “Beati mortui qui in domino moriuntur” (apoc. XI, V13) (Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor) , y justo al lado de esta, dos sepulturas en el suelo de la ermita con las siguientes inscripciones: 

“ La niña Anan Martinez Arrivas murió 10 de noviembre de 1884 a los 6 años y 10 meses de edad. Tu hermosura era del cielo y al cielo Dios te llamó. Ruega a Dios nos de consuelo ya que Dios privó a su desconsolada madre la dedica este recuerdo” (sic)

“A la memoria de D. Juan Ant. Povedano. Falleció el 21 de Julio de 1884” 

Una vez traspasadas las puertas, nos encontramos un cementerio reformado en 2006, por lo que la mayoría de las sepulturas antiguas han sido sustituidas por el granito pulido actual. Aún así quedan vestigios de lo que pudo ser este cementerio durante el siglo XIX, ya que se conservan los nichos pegados a la pared (aunque sus lápidas hayan sido actualizadas) con la característica forma de arco tan utilizada en los cementerios durante el periodo decimonónico. También encontramos en estas pocas tumbas antiguas conservadas vestigios de lo que fue la moda del arte funerario en las representaciones de los símbolos funerarios antiguos que aún se conservan.