Tumbas saaidíes de Marrakech

La historia de los inicios de esta necrópolis no se conocen bien, aunque al estar situada detrás del muro qibla (en este caso, al suroeste) de la mezquita de Kasbah, que a su vez fue construida a finales del siglo XII junto a la ciudadela, hace pensar que esta misma zona funcionara ya como cementerio en la época almohade. Sí se tiene constancia del enterramiento del sultán Abu al-Hasan (la primera persona que nos conquistó Gibraltar) en 1351 aunque después sus restos fueron trasladados cerca de Rabat. Una lápida de mármol colocada en la Cámara de los Tres Nichos atestigua su primer entierro en este lugar.

Antes de los saaidies también fueron enterrados aquí los emires Hintati, bereberes que controlaron la región hasta 1520. Se pueden ver algunos de sus epitafios hoy en día.

La construcción actual pertenece a la época saadiana. Está dividida en dos estructuras principales: una al este, rodeada de jardines, y otra al oeste, por donde entran actualmente los visitantes.

La zona del este se construyó primero como un simple mausoleo de forma cuadrada para albergar los restos del padre del segundo sultán saadí, el cual había sido asesinado en 1557. Él mismo fue enterrado junto a su padre en 1574. Sobre sus tumbas se colocó un panel sobre la cabecera de su tumba que acabó también, sin razón alguna, en la Cámara de los Tres Nichos.

La siguiente fase fue construida por uno de los más ricos y poderosos sultanes saadíes, entre 1578 y 1603. Primero albergó a su padre, pero en 1591 su madre, una concubina, también muere y decide enterrarlos juntos. Para ello expande el mausoleo creando cámaras nuevas, alguna pensada para él mismo. Para seguir con la tónica, las dos lápidas con la inscripción de los allí enterrados, se encuentra en otro lugar, en este caso en la Cámara de las Doce Columnas.

El sultán decide crear un nuevo edificio, esta vez en la zona oeste, pensado para albergar su propio mausoleo en vez de compartirlo con sus padres, pese a que la cámara elegida para su sepultura era la más grande de las construidas.

El edificio estaba dividido en tres cámaras: la Cámara del Mihrab (pensada como lugar de oración y no destinada a tumbas), la Cámara de las Doce Columnas (la zona principal, para él) y la Cámara de los Tres Nichos (un anexo a la cámara principal).

Al – Mansur, el sultán del que hablamos, fue enterrado en el centro de la cámara en 1603. A él le acompañaron más tarde su mujer y su hijo a sus lados, además de acompañarle más tarde otros sultanes de la dinastía, además de otros miembros de la casa real, de menor consideración, también están enterrados en esta cámara.

Las tres lápidas más importantes, la suya propia y la de su familia, están decoradas al estilo mqabriya y realizadas en mármol de Carrara.

La necrópolis continuo activa durante un tiempo después de la muerte de al-Mansur e incluso de la dinastía Saadian, como nos deja ver las lápidas esparcidas por allí. Además, la Cámara del Mihrab, que como antes decíamos estaba destinada solo a la oración, fue utilizada como lugar de enterramiento de la dinastía alauita hasta finales del siglo XVIII.

La necrópolis fue aislada de las calles que la rodeaban y “desapareció” hasta principios del siglo XX, cuando fue recuperada, restaurada y puesta en valor. Hoy en día es una de las principales atracciones turísticas de Marrakech.

(¡Muchas gracias a David Infantes por acordarse de mi y hacer las fotos!)

 

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